Bajo el ala norte de Castello Banfi se encuentra la sugerente Balsameria, que recuerda en gran medida a una bodega en miniatura. Este es el lugar, creado en los antiguos almacenes del castillo, donde nace y evoluciona nuestra preciada Condimento Balsamico Etrusco.

El refinado Condimento Balsamico Etrusco es un néctar que se obtiene con los métodos tradicionales usados por los antiguos etruscos. Las uvas, recogidas de forma tardía, son pisadas y el mosto filtrado se pone a cocer. Una vez enfriado, se trasvasa a barriles de madera durante 4-8 meses. Durante esta permanencia, se pone en marcha el proceso de «balsamización». Posteriormente, se procede a pasarlo progresivamente a cubas de capacidad decreciente (de 60 a 25 litros) y de maderas distintas (roble, castaño, cerezo, fresno y morera) hasta llenar la última cuba de 25 litros, de la que se extrae, al término de la maduración, la salsa balsámica. Con este procedimiento, la maduración se extiende a lo largo de unos 12 a.
Cada año, se transfieren solo tres litros de Condimento Balsamico Etrusco desde cada cuba a la siguiente de menor tamaño. La medida de las cubas va disminuyendo en cuanto a dimensiones, dado que la cantidad disminuye con la evaporación. Gracias al método de crianza adoptado por Banfi, es posible transformar el zumo de uva en la preciada Condimento Balsamico Etrusco, de color pardo oscuro, con un perfume embriagador y complejo, rica viscosidad y un atractivo gusto. Esta salsa, que supone un óptimo condimento para risottos, se aconseja particularmente para la preparación de carnes blancas y rojas, para el pescado en papillote, las tortillas y otras recetas de sabor agridulce. Por sus características aromáticas, se aplica además a la preparación de algunos postres a base de fruta y gelatina. Se recomienda probarla con fresas frescas, quesos curados e incluso con helado de vainilla.

